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jueves, 31 de marzo de 2011

Diario de un Ángel

Un ángel ha llegado a la tierra, un ángel de piel de terciopelo y de ojos de cielo.
Carita tan dulce que parece que hasta el mismo Dios se ha esmerado en ella.
Su cuerpo tan perfecto que parece que lo han amasado las más bellas manos para darle forma.

Esta es la historia de un ángel nacido en la tierra.

Cuando el deseo de tener algo tuyo, solo tuyo, tan especial, tan enteramente milagroso hace que se produzca.
Cuando un alma necesita lo más grande ocurre el milagro.
Así ocurre. Una petición clamaba al cielo, ser feliz con una persona a su lado. Con una persona que solo alejaría la tristeza, la incomprensión, la melancolía y sobre todo la soledad y los miedos.

Ocurrió en junio… en un acto de amor lleno de ternura y maravillosos abrazos. Una unión perfecta donde no había cabida para otro sentimiento. Y ocurrió, y se formó la obra suprema de la vida.

Y aunque, ante la noticia, el miedo, la soledad y las lágrimas asomaban a la de Ojos de Golondrina, nada ya sería lo mismo. En el fondo de su alma ya cambiaba todo.
Un amor infinito todo lo llenaba, en el silencio de los días esperaba, en sus manos intuía la vida que crecía.
Sus ojos cambiaban, sus miedos se disolvían. ¡Qué más da el mundo! Sólo se decía:
Ya no estoy sola. Ahora mi vida tiene sentido. Mi lucha comienza.

Y así un día y otro pasaron, y nació el Ángel, de carita tierna y cuerpo de mazapán.
Pequeñita, pequeñita este ángel llegó llorando con fuerte llanto y su madre sintiendo que no se le iba la vida sino que también comenzaba para ella.
No podía quitar la vista de este ángel, aunque la corta distancia la separaba y luego al sentir su contacto en sus brazos, sentir esa vida que vibraba que la llamaba, la felicidad la inundó su alma.
Ojos de Golondrina solo tenía un pensamiento… Te quiero mi niña…
El ángel se fue, momentáneamente, y ella quedo a la espera sintiendo en su cuerpo la sensación de vacío que antes estaba llena.
Tranquila y animada, Ojos de Golondrina esperaba volver a su ángel. Descansada fue en su busca, solo para volver a mirar sus ojos de cielo, su mirada estrellada.
Perfecta a sus ojos, vida para dar vida, pensando que ha ocurrido el milagro de su vida tan ansiado, petición suplicada a lo alto.
Ella dormida, sólo ocupada en vivir, en alimentarse, en soñar.
Sus ojos ya abrían desde el primer momento mirando sin ver un mundo lleno de personas, sonidos, sensaciones que la inundaba, dejándose hacer.
Ojos grandes, dedos largos, labios finos, nariz chatita que arrugaba, piel fina y pies perfectos.



¡Que más quería!
Dios hace en ella la obra perfecta, cuando el amor perfecto se junta.
Corazón potente para vivir, buscando con su olfato y tacto a su madre, Ojos de Golondrina, que vuela siempre a su lado para acurrucarla entre sus alas, para darle su calor y su amor.


sábado, 5 de marzo de 2011

PLAYA DEL OLVIDO

SENTADA EN LA PLAYA DEL OLVIDO

Soñé que volvía a amancer.
Soñé que volvía a vivir.
Soñé que volvía a tener ilusiones.
Soñé con nuevas primaveras.
Este ángel, en silencio, vuelve a volar con alas blancas.
 
Mi noche se ha apagado,
mi cielo azul ha vuelto
a nacer en mi horizonte
lleno de promesas y de ti...
busco tu mirada y todavía no la he hallado.

La lluvia ha dejado de caer.
La vida se muestra en toda su belleza.
Sentada en la playa del olvido
ansio encontrar tus ojos
para compartir amaneceres.
Ojos llenos de plata en la noche...
Ojos  pintados de azul de esta
hermosa tierra.

Intento formar en la arena
tu imagen divina para adorarla.
Y busco entre las olas del mar
tus mil te quieros, mil caricias
y ser una flor dormida entre tus brazos.

Quiero perder la calma,
encontrar dentro de tu alma
la pasion, el amor, la vida perdida.
No quiero que mis brazos
se cierren más vacíos de ti,
aferrandose a la almohada
intentando detener este sin sentir.

Al fin he vuelto a la vida,
a la verdad de mis manos abiertas
que te buscan con ansia.
El dolor se ha dormido,
te llamo,
escucha mi voz!

Contigo...
me siento grande
si me quieres sólo a mí.
Contaré las estrellas de tus ojos,
junto al mar, aferrada a tus manos.
Soy feliz, y compende que sin ti,
sin ti no podre vivir.

Si por un instante te veo,
mi corazón sabrá que
eres tú al cuál busco.

Sentiré... descubriré,

cuando tus labios besen los míos,
tu gran amor por mi.
Soñando la vida que se hace realidad,
siendo uno en vez de dos.

Junto a la puerta de cuyo dintel yo soñé,
te hallaré y te besaré.
Mis sueños ya son realidad, amor.
Se que estás ahí.
Te siento dentro de mí.