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lunes, 28 de agosto de 2017

Vuelve la locura.

Sonrisas carnívoras 
en el alma.
Ladrillos de hormigón 
en la piel.
Locura.
Oscuridad.
Lascivias penetrantes 
en sonoras carcajadas 
errantes por el aire...

No hubo compasión, 
ni la tendré.
En cada letra 
busco la cordura, 
la locura y
mi placer 
derramó flores 
a tu paso.
Suicidando temores, 
abriendo puertas, 
tirando ventanas.

Despertando gritos, 
mis perversiones 
se alejan, 
vuelve la luna, 
y la plata 
de mis cabellos.
En mi mente 
se grabó
un puñal
a fuego
y entrañas.

Deseo día a día,
corres y huyes,
mientes,
la rayuela
de tu mente
chirría
continuamente.
Obsesiones 
escritas con 
rotulador permanente
en mi mente.

Satíricos nombres
nacen en 
las sombras.
Acuérdate
de mi nombre,
de mi cara,
de mi embrujo.
Locuras magistrales,
ansias inefables,
torturas causales.

Encinta de estrellas,
preñez de soles,
partos de embriones
cósmicos y cómicos.
Meteoritos
vida
pulsión
hiperrealismo
visión
apocalíptico
fin.

Busco tu nombre, y es Dios.

Busco tu nombre en los susurros.
Letra a letra, hace mi camino hacia ti.
Senderos crujientes de aire,
que revolotean en las discolas hojas
que esconden las adivinanzas de tus palabras.

Busco tu nombre en un árbol.
Grieta a grieta, de sus cicatrices leo con mis yemas.
Ciega de tu alma, acaricio las rugosidades de ese cuerpo troncoso, surcado de ríos del tiempo.

Paseo mi inconsciencia por las
lindes de ese paisaje interior.
Y me dejo sorprender porque
te busco y no te hallo.
Todo es quietud, todo se calma,
hasta el último pensamiento.
Te he echado de menos
hasta en mi respirar.

Tal vez no sepa el verdadero camino.
Tal vez me hallo confusa.
Tal vez todo esto sea solo un sueño.
Tal vez ni tú existas ni yo viva.
Que más da... es vivir, es andar
por esta realidad pintada de reflejos.

Me gustaría saber si tanto
esfuerzo merece la pena.
Si este sentir tiene sentido,
y si el morir libera.
Tanto cuesta llorar como reír,
odiar como amar, llamarte o callarme.

Eres el ese ser invisible
que me amó la primera vez,
sin nacer, en el vientre de tu pensamiento.
Y luego me abandonaste en este
sin sentido llamado Vida.

Tus planes me son borrosos todavía,
y mis pies se confunden en las
encrucijadas de la existencia.
Amo y no soy amada.
Soy deseada y me siento vacía.
Sólo tú llenabas, sólo tú calmabas.
Sólo tú hiciste el Fuego Que No Quema
en mi corazón.

Háblame de nuevo,
ámame de nuevo,
oh mi Dios.


domingo, 27 de agosto de 2017

No te puedo tocar.

Pues no pongas excusas róbame los besos que esperan a ser cogidos de inmediato...
Por qué aturullas mi corazón con esas dulces palabras?
Por qué lástimas mi alma con esos profundos sentimientos?
No te puedo tocar.
No se como son tus ojos.
Estas igual de lejos como la estrella que brilla en ésta noche...
Por mucho que cierre mis ojos, ansio esos besos.
El pálpito de un corazón, al ritmo de las caricias carnales de unas yemas ladronas de placer...
Bésame, y bebe del manantial donde florecen las aguas virginales del éxtasis.
La geografía de mi piel, espera la llegada de tus hordas feroces, para conquistar la cima de la felicidad.
Sumérgete en las profundidades húmedas del gozo temporal.
Hunde tu espíritu hasta el nacimiento de la vida, de la muerte y del deseo.

martes, 22 de agosto de 2017

Una princesa en un cuento virtual


Me llamo Alisa, mi castillo es la red y mi vida es un cuento virtual.
He visto todas las películas de Disney, y las que no lo son.
Mi cuarto es blanco y dorado.
Mi ordenador como mi móvil son fundamentales en mi vida.
No puedo vivir sin ellos, sin estar conectada.
Mis perfiles son mis muros y mi baluarte.
Busco mi principe azul entre los perfiles que miro y que me solicitan.
Soy muy especial, me gusta vestir de negro, lo encuentro muy elegante, con toques de colores, cuido al máximo mi pelo y no dejo que ni un poco de grasa se acumule en mi cuerpo.
Me siento el centro de atención de la vida y de los hombres.
Pero mi amor no ha llegado aún.
Ningún pretendiente llega a mis expectativas.
Solo un principe guapo y atento colmará mi dicha.
Visita mi Facebook y mi Instagram, al Twitter que le den, valgo mas que 150 letras.
Además no se me ve.
Mi nick es @princesavirtual.
Deja tu mensaje y ya veré...

No todas las redes sirven, hay muchos ogros sueltos y muchas campanillas agitando varitas maléficas.
Es difícil concentrar la atención en una con tanta competencia.
Mi móvil tiene la única y exclusiva función de hacer selfies a esta cara tan mona y a este cuerpo de escándalo.
Aparte de mis ingenios eléctricos, mi tocador está repleto de útiles de belleza inimaginables, ¡pero eso es un secreto! Sssshhhh...
Todas llevamos la cara lavada.
Mis perfumes favoritos son Chanel n° 5, Carolina Herrera, Gucci y demás perfumes.
Yo me lo puedo permitir.
Trabajo en la sección de perfumeria de unos grandes almacenes de prestigio y renombre.
Entrar fue fácil, un Armani abre muchas puertas, con un toque de Tous, algo discreto...
Pero no hablemos de mí.
Hablemos de los principes.
No todos pueden serlo.
Lo siento por ti, cari, si alguna vez lees esto.
No tenías todos los números pero si un cuerpazo imponente.
Aunque yo no me fijo en esas cosas.
Tu Seat León se quedó en gatito cuando un Audi llego a mi vida.
Y no uno cualquiera, todo hay que decirlo.
Normalmente me siento.
como Raspunzel, casi todo el día en la ventana de mi castillo virtual, echando mi melena cual anzuelo real.
Lo realmente difícil será mi número de teléfono.
Todos dicen wassap y yo tan feliz, y con la incorporación de la video llamadas tengo mogollones de citas sin salir de casa.
Asi ya hago mi selección.
Un pretendiente no es alguien cualquiera.
Este corazoncito es muy sensible y le gusta que lo mimen.
Cuando un chico me mira, es como si tuviera un cachorro desvalido entre mis brazos. Son tan tiernos...
Pero que sean varoniles a la vez, anden con decisión, sean intrépidos, me abran la puerta del coche y tengan su Visa Gold.
Me gusta el dorado, como mi corona de princesa.
Un capricho a los 18 años que mis queridos papis me regalaron y que me puse para mi mega-super-guay-chachi-fiesta de cumpleaños, con un vestido de Dior en rojo pasión y de escote corazón, todo un primor!
Ya me salgo del tema otra vez.
No lo puedo evitar.
Me quiero muchísimo, tal vez demasiado.
Pero siempre dicen que hay que quererse una misma, y es lo que hago, quererme, y querer.
También me han roto el corazón, como Ariel, la Sirenita.
No la considero una princesa.
Quién es princesa con cola de pez?
Eso no es chic!
Lucir unas bonitas piernas con una mini falda es lo que piensa cualquier chica que se adore!
Y unos Manolos, ay... a que voy al vestido y me pongo esos negros de punta descubierta dejando ver mi impecable manicura...
No, me centraré y seguiré aporreando el teclado.
Es relajante, aunque algo extraño.
Escribo poco, con mis fotos ya bastan.
Soy la Bella que solo luce su sonrisa en fotos de ensueño, y haciendo morritos.
Alguna vez he soñado con un hombre que se parezca a la Bestia.
Rudo y gritón.
Los hay que son rudos hasta con la mirada, y gritones con ganas en el sexo.
Las princesas también tienen sexo.

La distinción no se lleva nada mal con los orgasmos bajo las sedas.
Un italiano fue el mejor de los candidatos.
Venía de una familia noble de Venecia.
Ya me veía paseando en góndola por los canales con una copa de champagne.
Era fantástico en mi cama.
Me trataba con una exquisita ternura y fogosidad.
Solo tenía un problema, le gustaban otras princesas.
Y la traición no es tolerable bajo ningún concepto!
Hay que tener dignidad.
Hasta que llego por Instagram un dios vikingo.
Eric.
Que fotos!
Hasta haría temblar el martillo de Thor, y el mío!
Enseguida me puse a lanzarme a enviarle mensajes.
Me contestó y quedamos.
No en su país, Noruega.
Yo soy del sol y del bikini.
Fue tan gentil que vino a conocerme.
Ay, dios mío cuando le vi...
Medio aeropuerto no le quitaba el ojo!
No era para menos.
1.85 de puro músculos como acero templado.
Rubio que brillaba por si solo en la terminal de llegadas.
Una sonrisa que ni el mejor Colgate podría superar.
Unos ojazos verde mar para zambullirse y no salir nunca.
Las mujeres se enamoraron, los hombres lo odiaron.
Solo me tembló las Dolce & Gabana, mis gafas de sol, cuando me las quité.
Tenía su nombre escrito en un papel y cuando vi que se dirigía a mí, creí desmayar.
Creo que ese día desperté muchas envidias y rencores como nunca.
Estuvo una intensa semana, y digo intensa!
El problema fue la limitación del lenguaje.
No de la lengua jajajaja.
Ay, mi dios vikingo, siempre tendrás un altar en mi corazón...
Los demás, me pesa en el alma, no llegáis a nada.
Solo sois simples plebeyos los cuales estáis al servicio de mí.

Hago un breve receso y miro mi Facebook.
Esto me gusta.
Tengo cincuenta solicitudes, que pocas.
En un día malo, pasa de las cien.
Será que hay fútbol.
Hombres mirando hombres.
Que me miren a mí! A mis fotos!
He estado en otras webs de contactos, que ordinariez!
No saben ni escribir!
Una princesa de cuento no se junta con cualquiera.
Wapa es lo único bien escrito.
Vamos, que ni eso.
Algo curioso en muchos perfiles son los coleccionistas de mujeres.
Yo colecciono hombres, para que quiero mujeres si solo son amigas o adversarias?
Y cómo pueden prestar atención a todas?
Les dirá lo mismo o se crearan un grupo de wassap para hablar?
Quedará con todas?
Les enviará regalos?
En la vida hay preguntas tan profundas que creo que no hay respuesta.
Yo interactuo.
Me gusta ver como los likes suben, al igual que los comentarios.
Que lindos los argentinos y uruguayos con sus palabritas de amor.
No hay ninguno que se resista a mis encantos, y en agradecimiento, siempre público tres fotos mías por día.
Es un gran sacrificio y esfuerzo.
Siempre tan perfecta, siempre tan cool...
Pero mis seguidores lo valen.
Hablo con ellos, chismorreo, compartimos truquitos de belleza.
Muchos hombres se cuidan mas que muchísimas mujeres, y es de agradecer.
Y siguiendo con los cuentos.
No me gustan las hadas.
Hadas que te quitan hasta el vestido, te hacen de tu coche una calabaza y encima te ponen hora de llegada.
Son peores que las madrastras!
Y a Aurora, pobrecita, la durmieron.
Y es lo que voy a hacer yo.
Dormir, haber si mañana me despierta mi principe.
Mi reloj no dan las doce, pero la hora de la princesa termina por hoy.
Besitos, abrazos y carantoñas...
❤❤❤

lunes, 21 de agosto de 2017

Piel Virgen.


Recuerdo el sonido de la pluma por su piel.
Una piel virgen, recién estrenada en mi mirada, en mis manos.
Quise darle la sensualidad del amor que nos colmaba.
Ese es mi primer recuerdo ahora, cuando ya todos se enteraron de que salíamos, que ya no había que ocultarse,  de verse a las tantas de la noche y en callejones oscuros donde dar rienda suelta a ese amor, a esa pasión que creció en una explosión en nuestros pensamientos, en nuestras almas, en nuestros sexos.
Recuerde ese destello de placer anticipado cuando le dije, te amaré, te daré placer...
Se tumbó boca abajo, dandome su hermosa espalda de hombre, esos contornos masculinos que me volvían loca.
Le dije al oído, confía, relajate y disfruta.
Y empecé.
Al instante se arqueaba ante ese minúsculo roce de esa pluma que deslizaba por su geografía.
Se estremecia, como si mil corrientes eléctricas, le corriesen sin cesar.
Se mordia los labios, fuertemente por temor a gritar, a ser escuchado.
Bien fuerte los ojos cerrados para concentrar sus sentidos en su piel.
Sus manos se cerraban en la almohada, a punto de destrozarla por la intensidad acometida de sus terminaciones nerviosas exacerbadas, veía sus nudillos blancos, sus músculos tensos y sudorosos.
Los hombres también sienten, también necesitan de esas caricias que impregna el alma.
Su sexo estaba ya duro y palpitante pero aún así yo seguía.
Estaba deseosa de esa unión.
Él en mí y yo en él.
Ya llegaría.
Ahora solo me deleitaba ver como se deslizaba el borde de esa pluma por su piel, ver sus reacciones y besarle suavemente.
Hacer que mi aliento le calase hondo, como una penetración tántrica.
No quise dejarme ni un solo centímetro.
Me había contado que ninguna mujer le había acariciado así.
Y le di su primera vez.
Eso me satisfacía enormemente.
Compartir contigo la virginidad de una piel que nunca había sido amada, de unas sensaciones nunca vividas.
Me sentía la maestra y él el aprendiz.
Me ponía casi encima para que sintiera mis pechos, mi calor, mientras mis labios y mi lengua buscaba sus zonas erógenas en el amplísimo continente sin descubrir, despreciada.
Le deseaba más que nunca.
Nada de besos, nada de sexo.
Solo yo, descubridora de nuevas tierras en mi particular barco.
Surcando un mar salvaje y electrizante.
Y conquistándole hasta el tuétano, hasta la médula.
Célula a célula.
Ya no pude más, mi mente solo estaba llena del instinto de posesión.
Le dije: "Date la vuelta".
Vi en sus ojos expectantes, la proximidad del placer completo.

Nana para mis niños.


Nana para mis niños y no tan niños.
Nana para dormirlos y embelesarlos
Nana llenas de pájaros y castañuelas
Nanas de miel y mazapan.

Susurros llenos de luz clarísima.
Susurros en la oscuridad sin miedo.
Susurros que cantan palabras de amor.
Susurros que acarician y duermen.

Nanas para mis niños y para perritos.
Nanas de pañales absorbentes y colonias perfumadas.
Nanas aprendidas al minuto y olvidadas al segundo.
Nanas de lazos blancos y medallitas de oro.

Miradas de amor embelesadas.
Miradas de espumas nocturnas.
Miradas explícitas de amores cautivos.
Miradas de envidia por la inocencia perdida.

domingo, 13 de agosto de 2017

En mis bolsillos.


El horizonte inmóvil,
se vuelve guardián de mis días.
Amaneceres inamovibles, día tras
día, en la rutina eterna del universo.

Vivo perdiendo el tiempo sin
sentido de las agujas del reloj,
que me encuentro marcando paso
cuál soldados en perpetua guardia.

En los bolsillos, agujeros negros,
que tragan monedas y orgullos
Al despertar desnuda,
estoy revestida de miedos imaginarios.

Cuando te sueño, te beso.
Cuando te anhelo, te rezo.
Cuando te respiro, me abraso.
Cuando te adoro, me pierdo.

No cuentes conmigo,
soy nómada descalza que mueve nubes,
para convertir la poesía,
en mi imaginación,
en notas fugaces en tempus indómitos.

Tú sigue, tú vive, tú ama.
Yo estaré ocupada equivocándome
acertando tal vez con mis sombras
en llamas, libre de tu odio.

No necesito de mi fe.
necesito creer que la arena del reloj,
inunda los poros de cráteres
de mis lunas blancas.

Cuando vivo, es no olvidar.
Cuando nazco, es coleccionar soles.
Cuando grito, caen cometas en la tierra.
Cuando beso, el sin sentido se detiene.

sábado, 12 de agosto de 2017

Mi amiga.



Amelia, fue un instante eterno
que dió paso a la locura.
Llevo mucho tiempo
mirando esa puerta que me lleva a la felicidad.
Es de mi mente dudar porque estas cosas duelen y ya sabes que soy muy llorona.
Esta carta la escribo con mi puño, supongo que será mi letra.
Ya con el móvil apenas me fijo en mis trazos, rápidos por mis nervios y mis ansiedades.
Que más da!
Si no la entiendes te la escribo por wassap.
Es mas fácil, me ahorro papel.
Llevo ya tres folios rotos en mil pedazos, perece que no sé ya escribir.
Aunque los borrones parecen los parches de mi mente, a veces lucida y otras delirante.
Querida amiga, vuelvo siempre a él, con los sentidos, es una impresión como los pósters que ponía en mi cuarto que veía a todas horas, pero está aquí, en mi mente.
Lo quito, lo arrojo a la papelera y otra vez cubre esa porción de mi psique.
Me dices que le olvide, que lo arranque de mí, y siempre vuelve como un boomerang, que al final, me da en toda la frente.
Esa puerta, de inefable forma y color.
¿La abró?
Te estoy dejando la decisión a ti, para luego no oír tus reproches, ya cansan un poquito.
Esta vez la pelota está en tu jardín donde te recuestas en tu tumbona al sol.
No hay nada más guay que ser rica y te babeen los hombres.
El dinero da la superioridad.
Y no te enfades, Amelia, ya sabes lo que pienso y lo hemos hablado muchas veces.
Ser rica hace tener otra visión de la vida.
Tu superficialidad, en cuestión de amor, es igualmente proporcional a tu cuenta corriente.
Por eso, ésta vez pringas tú.
Sigo con ese instante de ¿flaqueza?, no lo sé.
En ese momento, viví como nunca había vivido.
Todos los miedos se fueron de paseo mientras su lengua buscaba mi alma dentro de mi boca.
Bebíamos el uno del otro como si hubieros estado horas bajo un ardiente sol.
Te cuento todo esto porque eres mi amiga del alma, la que me aconseja y regañas.
La que desde pequeñas nos hemos contado todo, hasta las travesuras y los amorios...

Amiga mía, súbitamente se me nubla la razón.
Tú eres la fría, la chula, como yo te llamo de forma cariñosa.
Es lo que me me dices:
Eres toda corazón.
¿Y como me apaño?
Soy la que se deja llevar, la que se enamora tontamente.
Vuelo en mi alfombra tejida de sueños y tú vas en tu deportivo de color rojo.
Sacas lo mejor de mí, amiga.
Esta vez lo he encontrado, le dije sin rodeos:
Me gustas.
Y flipó en colores.
Yo si que vi colores cuando en plena refriega de besos y achuchones se atrevió a meterme mano bajo la falda del vestido.
Ésta vez no seré la que sufre en silencio sin vivir la intensidad de una pasión.
Todavía recuerdo como me levantaste a aquel chico.
Ya ni me recuerdo el nombre.
Y al final lloraste tú.
Es el karma, chica.
Todo viene y todo se va...
Cupido tiene flechas para todos y creo que ya gastastes las tuyas.
Como te voy contando, estoy enamorada, lo tiene todo, y lo mas importante es que tiene corazón.
No solo la cartera. Si supieran como  les mira el culo para ver como le abulta la condenada en su parte trasera, otras cosas te dirían.
No te preocupes, entre amigas se guardan muchos secretos.
Por cierto, no te he dicho como se llama mi chico.
Julián.
Dirás ¡que casualidad!, igual que tu Julián, que dejaste por Borja y luego por Luis.
Pues si, es el mismo.
Apenas me miraba, me eclipsabas siempre.
Brillas con esa luz cegadora de tu pelo rubio, de tus pestañas postizas y con tus tetas de silicona.
Los hombres también tienen su corazoncito, y sangre en las venas.
Julián es diferente, no solo es manos que se pasean por mi geografía corporal, sino que se interesa por si estoy triste o alegre, me mira a los ojos no a mi escote.
Amiga, que te puedo decir más.
Anhelo cada instante sus besos y sus ramalazos de traerme flores.
Y robarme esos ratos en la trasera del coche.
Que le voy hacer si el amor es veneno, y emponzoño mi cuerpo con él.
Bailamos el reggaeton, la bachata y hasta un tango si se tercia en la cama.
Hasta una de Machín.
En el amor y con música, todo vale, Amelia.
Hasta descorchar aguas y azucarillos entre pechos y nalgas.
Y su piel, bendito pecado celestial y venial, sube la adrenalina hasta el Olimpo y me baja hasta el infierno de Dante.
Te sonará a chorradas lo que te escribo, pero así es el amor.
Cursi y con pinceladas de locura y gotas del perfume de sexo desenfrenado.
Ojalá puedas sentir, lo que mínimamente pueda sentir yo.
Si existiera la absoluta empatía, te llegarías al limbo de las crujientes poesías del romance absoluto.
Querida amiga, espero tus consejos, tus regañinas, pero esta vez gano yo.

jueves, 3 de agosto de 2017

Se mío.


Rosas negras perfuman
mis noches.
El jazmín llora lágrimas
al calor de las estrellas.
Se mi refugio, mi valle,
mi oasis, mi paraíso.
Cuéntame los granos del desierto
y las gotas del mar.
Sube por mí las montañas y
sumérgete en las profundidades negras de los océanos.
Hazlo por mí y serás dichoso.
Tendrás mis labios y mi tesoro.

miércoles, 2 de agosto de 2017

Niña.



Angel de gloria, 
tus ojos profundos.

Latidos al mismo son.

Cabello de ángel, 
color del sol.

Mirada inocente.

Libro en blanco, 
escritura a lápiz.

Amo tu piel.

Respiro tu aire, 
vuelo tus alas.

Amor sin límites.

Cada segundo 
comparto eternidad contigo...

Gotas en la espalda.


Gotas por mi espalda,
recorriendo la geografía de mi piel.
Pinceladas estremecedoras,
hambrientas de lascivias.

Tensa calor abrasadora,
que crispaba mis nervios.
Dando fuego al cuerpo
y somnolencias al viento.

Relojes parados en el aire turbio
y acalorado de este día sin fin.
Nubes implacables e
inamovibles de un cielo gris.

Miradas hacia las alturas suplicando
la compasión de un dios no visto.
Cuerpos enclavados en la acera buscando el refugio de un bus.

Suspiros de alivio en las frías paredes
de un lugar apartado del infierno.
Y pies arrastrando cuerpos
al son de piernas en calles solitarias.

Llueve compasivamente a la noche,
cuando la oscuridad se llena de luces.
Blanco y azul, silencioso baile entre las nubes
oscuras y cargadas de la promesa.

Alfileres clavados en la tierra sedienta y duraque,
que ya no llora sino duerme.
Testigos de la Naturaleza,
que juega a matar o morir con el humano asesino.

El teléfono.


El teléfono cayó de su mano y se cerró la bata.
Su cuerpo desnudo debajo temblaba por las lágrimas que caían de sus ojos.
Silencio.
La había llamado él, como habían quedado.
Se había tumbado en la cama y habían hecho el amor.
Él nunca pisaba su casa, ni hundía el colchón de su cama, ni sentía sus labios sobre los suyos, pero lo hacían.
Ella se preparaba como en un ritual, como si él traspase el dintel de su puerta.
Se duchaba, se vestía con lencería y utilizaba su mejor perfume.
A la hora convenida, sonaba el teléfono.
Estás preparada, linda?
Sí, lo estoy.
Y comenzaba las mentiras.
Utilizaban la cam y se veían, pero sus pieles nunca se rozaban.
Ella se desprendía de las puntillas y del liguero.
Y se amaba para él.
Lo hacía ardientemente, a la voz del que le decía que la amaba, que era su sueño y la adoraba.
Llegaba el éxtasis, el orgasmos y el dolor del alma.
Cinco minutos bastaba para la despedida y ponerse la bata.
Ella quedaba rota, y se juraba que no lo volvería hacer.
Pero leía la suplica de él de un mañana.
La soledad era su compañera y su otra vida nada.
No era una amante, no era nada.
Solo un cuerpo desgarrado por la rabia de ser débil, de ser nada.