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jueves, 4 de octubre de 2012

Esos tus ojos...


El hombre se siente en plenitud cuando ama, cuando realiza su ser de amor. Y el amor vivido es lo que da identidad al hombre. Somos en la medida en que amamos. Y no hay duda de que la felicidad nos viene de ese amor puesto en ejercicio. Un amor que se hace obras, pero un amor que tiene sentimiento. Sentimiento que surge de lo íntimo, de lo profundo de la persona. Sin sentimientos profundos es difícil sentirse vivir.



Cuántas veces te he mirado sin decirte una palabra;
has sentido en mi silencio el amor que sube en llama.


Cuántas veces he dejado mis besos sobre tu piel;
besos que tú has recibido en el fondo de tu alma.

Al mirarte he sonreído, y mi sonrisa callada,
ha despertado en tus ojos el amor de tu mirada.

Cuántas veces he sentido tu presencia sosegada
en el centro de mi ser,

como una luz que se irradia inundándome
por dentro con el sabor de tu gracia.

Quererte mucho, amor, es abrir y abrir mis alas
de este corazón de niña, que en su vuelo solo ama.

Quisiera decirte, Kike, cosas bellas que engalanan;
pero tú eres tan bello, que no necesitas nada.

Déjame poner mis ojos, en esos tus ojos, ¡Guapo!,
y sentir que tú me quieres, y que tu amor me regala,
la ternura de tu alma, nacido de tus entrañas.


Enrique Mendez Ramirez.


Adaptación de la poesía de Emilio L. Mazariegos,
Esos tus ojos, de Centro Vocacional La Salle.