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jueves, 7 de febrero de 2013

COMO EL SOL




Ser gaviota al viento, cruzando los mares.
Ser cóndor que sube dejando en los aires caminos de estelas, al caer la tarde.
Quiero ser, y siento que tu amor me atrae, como al sol, la flor y al torrente, el cauce.
Déjame volar vuelos de amor, Vida, en tu corazón de amor firme y suave.
Déjame aprender se amor que nace en el Manantial donde tus labios se placen.
Déjame tus alas, que tu amor me sabe al Amor de los Amores, donde el fuego arde.
Déjame ser libre, y en amor gastarme.

Eres flor de primavera que alegra junto al camino el paso de cada hombre en busca de su destino.
Eres flor que llama al fruto sabroso, como el racimo estrujado en el lagar y en copa de oro bebido.
Eres, Vida, la Hija de los amores que sabe a miel; Hija de mis entrañas, de la raza humana y del corazón divino de un amor que dio tanto y que se entregó en mil pasiones.
Eres, Vida, en la noche, luz de amor henchido por el fuego abrasador de mil cantares, en llama encendida.
Deja en mis manos tu flor; y en mi cielo deja el cariño de tu beso que sabe a caricia en mi corazón prendido.

Deja caer en mi vida una gota de rocío; un copo de nieve blanco y un canto de pajarillo.
Deja caer en mis ojos la sonrisa de tus labios; y en el fondo de mi alma déjame sentir tu abrazo.
Quiero ser feliz, Vida, hasta en el dolor del llanto; ser feliz de corazón, como un niño en tus brazos.
Cubre mi rostro de besos, y que tu paz, como un río, llene mi alma de luz y cante feliz contigo.
Quiero quererte, Vida, con el corazón que se abre como un arco de colores.

Tú me enseñaste a hacer caminos, caminando los senderos de la vida; las huellas mías y tuyas a mi lado.
Eres Aurora de un nuevo amanecer; eres Aurora que presagia el nuevo día donde yo ya no caminaré más sola, sino lado a lado hechas una sola.
Rompe la noche, despierta el alba, ven de prisa, ven, Mi Vida, que a tu paso yo llego ligera y me acerco para que tus sueños vivan.

Como el sol, cada mañana, en tus ojos la luz llega y me deslumbra su pureza.
Eres el amor de mi vida, por ti lucho cada día.
Te quiero.

(Texto original de Emilio L. Mazariegos, Esos tus ojos)



martes, 5 de febrero de 2013

MUJER... SI O NO?



          Ya hace días que no sé qué es ser una mujer. Se va volatilizando en mí aquellas miradas coquetas frente al espejo, iniciar un ritual de embellecimiento del cuerpo y del alma, hacer lo cotidiano en extraordinario, salir aunque fuese a por el pan, en algo que se debe contemplar hermoso.
        Mi piel ya pierde el recuerdo de la crema untosa para hacerla miel de caricias y sensibilidad… envolverme en un abrigo de pompas de jabón deleitándome con su penetrante aroma… seducirme a mi misma en caricias de frescor, haciendo correr por mi piel, sin prisas, el agua caliente y resbaladiza de sensaciones increíble.
Sentir el secador placido como una brisa caliente estival que seca poco a poco ese pelo negro suave y perfumado.
Dónde quedo esa sensación de caricias en mis piernas de esas medias, entrando por los dedos de los pies, suaves como la seda y calzar esos tacones que sientan tan bien.
La caricia de la ropa recién sacada del armario que huele a limpia, ese ritual de vestirse amorosamente, que hace que la mirada se vuelva sensual al contacto con la piel vestida de ropa interior especial para seducir y dejarse seducir.
Quedaron en el neceser esa crema que hace que brille mi cara de juventud y lozanía, sintiendo como se relaja y respira esa piel que mi abuela me dio como un esplendido regalo de su ser.
No sé dónde está ese lápiz negro, que marca mi mirada sublime, encantando a todos con mi mirada directa y seductora.
No sé dónde está ese color para mis labios, no se ya como sabe ese lápiz labial que hace que mis labios sean tan jugosos y deseosos de besar.
No sé dónde está ese color para mis uñas pintándolas con todo el cuidado  y que dure un día más.
Ponerme esas joyas que adornan con sencillez mi cuerpo y mis manos proteger con esa crema dejándolas suaves con ganas de sentir esa piel suave y sin maculas.
Apenas en mis recuerdos siento la satisfacción de completar ese ritual que me hace sentir más mujer, mas femenina, mas yo.
Ya no me siento mujer.