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sábado, 26 de febrero de 2022

Catarsis


Hay un mar verde en tu mirada.
Mar profundo dentro 
y fuera de nosotros.
Me interroga, haciendo mis entrañas 
un hervidero de dudas. 
Me ahogo a veces, me revivo a veces. 
Me entretuve soñando, 
quiero escribirlo, quiero plasmarlo, 
arrancarmelo de cuajo 
que tanto daño hace dentro. 
La vida es la actitud con que la vives, 
la muerte vendrá como la quieres.
Somos el principio y 
el fin de nosotros mismos. 
Ya no soy yo, soy el caos 
que rompe en mil cristales 
Muñeca rota, enamorada y sin sentido.
Me cuesta respirar junto a ti, 
haces que mis miedos florezcan. 
Miedos de no estar ahí cuando 
llegue la hora de decidir
No sé más. 
Me duele en el alma los errores, las decepciones, lo dejado y lo amado.
Huracán de sentimientos 
que hacen que tomar la pastilla 
sea la única solución para olvidar.
No quería el amor, quería la lujuria 
del no pensar, solo sentir. 
El devaneo sin sentidos 
de cuerpos desnudos 
y la indiferencia de 
los sentimientos. 
Matar al que me mató, 
hundir al que me hundió. 
La cicatriz me recuerda 
la herida infligida. 
Las lágrimas y la huida. 
Eso es lo que hace mi mente, huir. 
Huir de ti, de lo que quiero 
y no deseo alcanzar. 
Perderme en los abismos 
de muertes diarias para 
regodearme en la culpabilidad 
de amarte. 
De ser lo que no quiero ser para ti. 
De mi lado oscuro 
que vino para quedarse, 
para recordarme que la luz se fue, 
que la inocencia se castiga, 
que el fuego divino 
se extinguió para siempre. 
Que los malos siempre ganan 
y yo pierdo siempre. 
Siento que no quieres saber de mí, 
que te escurres ante palabras mías
Y yo callo, porque fingir es 
el pan de cada día. 
Y tú callas, lo que sabes y lo que sientes. 
Somos dos mentirosos, 
dos finguientes en la vida. 
Temo a mi oscuridad y tú temes a la tuya. 
Se ha hecho el silencio 
de los días del pasado para 
no entrar en ese horror del recordar. 
Yo no olvido, 
no deseo dejar de sentir 
cada día de mi vida. 
Ser valiente para darle 
la cara plena y abrir los ojos 
al infierno, al cielo y al limbo. 
Comienza otro día y son tantos que ya ni me molesto en contarlos. 
Los días que vivo, los días que muero 
son insuficientes. 
Sacudió la esperanza las alas 
y se alejó del nido.
Empezó a planear sin rumbo fijo.
Donde las corrientes la lleven.
Y yo aquí. 
En mi playa de siempre. 
En mi cárcel de siempre. 
En mi locura de siempre. 
Tengo miedo de dar un paso 
y volver a caer de bruces. 
Ya no me levantaría. 
Echada en el suelo esperando 
que me cubriera el frío hasta dormir. 
Esperando a las flores que salieran en mi, 
dando vida por vida.
Sintiendo por una vez que 
la vida si quiere algo conmigo. 
Quiero llorar y no puedo.
Solo siento ese nudo en mi pecho que 
no sé cómo quitarlo. 
No sé cómo decirlo. 
No se como olvidarlo. 

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