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sábado, 11 de abril de 2015

Labios partidos

En el silencio de la madrugada, mis labios palpitan resecos de besos soñados.
Mi cabeza gira en torno a tu silueta añorada.
Tu voz resuena en el laberinto de recuerdos pasados por noches aterciopeladas de pasión.
El mar embravecido de mis pálpitos, gimen quedos por la nada de tus brazos.
La soledad grita en mis lamentos por la voz escondida en lo más profundo de mis venas sangrantes de tus heridas de amor.
Un loco frenesí se apodera de la cordura cuando rememoro tu perfil en la penumbra de una alcoba inacabada.
Besos que caen en la almohada, desperdiciados, inacabados de este sentimiento de volver a amar hasta la ceguera almática.
Caricias de algodón aferrándome a las sabanas de mis desvelos deseando descubrir un cuerpo amante.
Susurros que sólo son ecos en mis sueños de placeres que saben a miel y a hiel.
Los días son cuentas que ruedan por el suelo, dejándolas atrás en mi caminar sin sentido.
No amo. No me aman.
Desazón continua de solo mirar el horizonte limitado a tus caprichos de hombre engrandecido.
Volver al amor, sentir ese sentimiento que engrandece, que me hace mas sublime ante las maravillas de un mundo que gira sin parar.
Amar para sonreír para mí, para decir a la gente:
-¡Puedo ser feliz!
Demostrar el inagotable sentir de mi corazón, que desea ser puro e inocente, transmitir ese fuego infinito que hay dentro de mí.

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