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lunes, 15 de mayo de 2017

Delirios

Hubo miradas que derritieron mi piel, caricias que me encadenaron, voces que taladraron mi alma, y gemidos que quieren volver para quedarse conmigo.
Creo en todo lo que me impulsa a cerrar los ojos, a sentir con la piel.
Describirme es borrarme letras con un dedo en los labios, y llegar al folio en blanco.
Hablo de mi mirada, cuento que no tiene trucos, os digo que esa magia
es porque miro desde el alma.
Y que me falta todo, si no estoy aquí, presente y ausente.
Qué los silencios no lleguen a ser indiferencia, ni las ausencias olvido.
Puedo decírlo más alto pero si lo se quiere más claro, mejor lo susurro.
Solo necesito una botella de vino, unos besos, una noche y
despertar amada y querer escribirlo
por el resto de mi vida.
Yo soy la chica de los ojalá, porque aún sigo creyendo y confiando hasta el final.
Mi corazón no me pide permiso, la piel tampoco. Rebeldes de una causa perdida en esta vida mía.
A falta de otro sitio más tangible, bueno es el corazón para llevar en él a esas personas que quieren ser amadas y no aman.
Muchos otros han querido comprarme mi alma. A mí me la han regalado con un lazo que dice:

    Por favor, quererme libre.

No entiendo eso de querer atarse a la realidad, con lo hermoso que es vivir en un sueño.
Con el tiempo una se acostumbra a la presencia de todas las ausencias que se quedan por el camino, como cadáveres que ya no resucitan.
Voy a tomar estos días de la vida
que me quedanpara multiplicarlos por mí, que soy infinita, inmutable e intransferible.
Seguramente me vuelvo inmortal.
Diré a mis demonios que mi vida es un infierno y abrimos a las seis. ¿Quién se apunta?
Y que me falta todo, si no estoy aquí, entera y partida, en la luz y en las sombras, en la realidad y en el limbo.
Amo intensamente, ese es el truco, que una y otra vez, insiste en salirme mal.
Pero cuando llegue el momento, suelto y agradezco, libero mi espíritu y respiro aire puro.
La vida siempre está conspirando
cosas mágicas para mí. Cada día, un milagro se puede producir, tal vez pido demasiado.
Señalaré tu boca en el juicio final, me sentaré a burlarme de los que mueren de amor, y les diré que en tus besos, que ya no siento, resucité yo.

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