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jueves, 11 de mayo de 2017

Mi ser

He dejado de existir para convertirme en un sueño imposible.
Ya no me importa nada. Solo el vivir y el respirar, acaparan mis sentidos y mis suspiros. Me dejo llevar por la marea de mis sentidos, y me hundo en mis sentimientos del deseado olvido. Ya no soy yo. Veo los soles y las lunas como fantasmas huyendo de mí. Deseo una noche perpetua donde los demonios me perforen en un ataque constante de apartarme del mundo, dejándome vacía y hastiada. Ya no rezo con ese constante anhelo de vivir, ahora deseo ser una luz fugaz que se apague pronto. Mi único canto es el silencio y la mortaja de sabanas blancas, como mi delirio, como plumas de esas alas de inocencia que perdí. Quiero acabar con este malestar que me consume y destroza, que pone una sonrisa forzada en mi boca, cuando el único brillo de mis ojos lo pone la expiación definitiva de este calvario sin fin. Lloro sobre las flores muertas de una existencia que quise y no fue, cual ataúd que se cierne sobre mí. Flores muertas con olor a tierra mojada que tanto cubre mi ser.
Ojalá haya un valiente que me saque de mi misma.

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