Páginas

viernes, 14 de julio de 2017

Insomnio.

Siempre habrá
nuevas noches
para inventar
nuevos sueños,
para mirar cada
trozo de mi alma.
La calma se cuela
por los poros,
y el silencio me susurra
un te quiero.
La noche llega
y me secuestra
en su regazo.
Me dirá sus secretos,
y en lo mas profundamente
de sus delirios,
nanas inefables
me acariciarán durmiendo.
La luz de las farolas
invade mi habitación,
forzándola a alejar
el negro de las pesadillas
de mi mente.
Pinta las paredes
de ese naranja
que quema los ojos
y se hace pesado
contemplar horas y horas.
No aporta claridad,
sino mas misterio
del misterio mismo.
No olvides cerrar
la puerta de mi sueño,
le digo a la sombra
que habita en mi cabeza.
Puerta infinita a mares
hechos de arena,
donde bañarse
a la luz de una luna,
puede ser lo más
placentero de una vida.
Se forjan latidos a quemarropa,
calor extremo,
que perturba
las sienes y la razón.
Caos infernal
de enamoramientos,
que tienen alas quebradizas
por un hambre insaciable
de cuerpos.
Me hierve la poesía
bajo la piel,
las palabras son tatuajes
que se extienden
como cicatrices de heridas,
hechas en la guerra
de tus manos.
Hay sonrisas
que hacen eco en el aire,
creando volutas cosquilleantes
en mi cara,
en mi máscara.
Cuidado de esas almas
puestas en mis manos,
seres inconsistentes,
espejismos calenturientos.
Cuidado con desatar
tormentas en mi labios,
que se conviertan
en huracanes incontrolables
de violencia emocional.
Esta desazón
que dejan tus palabras
las guardo en el baúl
de mi corazón.
En mis sábanas mojadas
duermen mi te quieros,
un adiós y un portazo funesto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario